Detrás de toda mascara que vaya poniendo la vida, si uno escarba podrá pasar la inmensa montaña rocosa apodada como hombre fuerte y sobre-protector, cuidadoso y cumplido y como se esperaba podemos encontrar una suave y aniñada figura que -aunque lo evitemos, refutemos y neguemos- causa tranquilidad, no solo para el que lo vive, sino también para el que lo ve.
el gran pequeño zatar
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